El acceso a una atención de salud oportuna y de calidad es un derecho humano trascendental y -según lo muestran diversas encuestas- está dentro de las prioridades de la ciudadanía. Ahora bien, avanzar en estos ámbitos de gestión socio-sanitaria es más complejo de lo que uno podría imaginar, pues el sólo hecho de aumentar la cobertura, disponibilidad, infraestructura y capital humano no necesariamente incidirá en mejores resultados sanitarios.

Por ello es que -hace casi una década- la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso el modelo de Redes Integradas de Servicios de Salud, en el marco de la actualización de su estrategia de Atención Primaria de Salud (APS) para América, que venía a hacerse cargo de impulsar la articulación e integración de las redes asistenciales en su conjunto, poniendo al centro a las personas y sus familias, como también, del problema de la fragmentación. La implementación de este modelo y ambos desafíos fueron asumidos por nuestras autoridades del Ministerio de Salud.

El hilo conductor de este modelo sería la integración de los diversos actores del sistema de salud, para garantizar la continuidad de las atenciones sanitarias, en un marco centrado en las personas y sus familias; protegiendo el acceso, oportunidad y calidad asistencial; y exigiendo a cada actor del sistema la debida rendición consciente y responsable de cuentas (acountability), desde su perspectiva más amplia, es decir, desde la promoción en salud hasta la curación y rehabilitación.

¿Cómo podría esto mejorar las atenciones en salud para la población? La clave es la calidad, oportunidad y continuidad de la información, puesto que –a través de este modelo- los centros de salud, independiente de su complejidad, deben integrarse y compartir información, en función de entregar una atención más segura y personalizada a los usuarios.

Chile ha empezado a avanzar en la implementación de este modelo, donde –sin lugar a dudas- la tecnología basada en los procesos clínicos ha tenido un rol fundamental para abordar la fragmentación de las Redes Asistenciales, que no sólo implica ineficiencia y frustración para usuarios y funcionarios, sino que también compromete los resultados sanitarios y afecta la percepción y juicio público asociado a la gestión respectiva.

Por tanto, el uso de soluciones informáticas -que permiten integrar diversas fuentes de información clínica y de apoyo diagnóstico, como el historial de los pacientes desde centros de distintos niveles de atención e, incluso, desde otros ámbitos de la prestación, como farmacias y laboratorios- es parte de una piedra angular para lograr la continuidad de la atención en las Redes Integradas de Servicios de Salud, desde el ámbito de la gestión de la información clínica.

Hoy en Chile existen diversas Redes de Salud que, luego de un arduo trabajo mancomunado, pueden decir con orgullo que comparten importantes datos de los registros de la atención, como parte de los aciertos que ha traído consigo este modelo. Una de ellas y a modo ilustrativo, es la Red Asistencial del Servicio de Salud Metropolitano Central, donde sus tres Hospitales de Alta Complejidad comparten información con los Centros de Atención Primaria de Salud y que, muy pronto, también estarán compartiendo este historial con el Hospital Digital. Todo esto, en beneficio de una atención integral, segura y de calidad para sus pacientes; una mejor gobernanza, organización y toma de decisiones dentro de la red; y un enfoque centrado en las personas.

En la práctica, un paciente que ingresa a la urgencia de uno de los hospitales de la red, será atendido por un equipo médico informado, que tendrá acceso a su historial clínico, proveniente de distintas fuentes de información: diagnósticos, fármacos en uso, factores protectores y de riesgo, atenciones, resultados de exámenes de laboratorio, imágenes y cuanto registro haya disponible de los demás centros de salud de la red; independiente de su nivel de atención. Además, una vez que se concrete la integración con la primera etapa del Hospital Digital, los usuarios, incluso, podrán agendar en línea sus horas médicas.

Por tanto, la Tecnología de la Información sigue colaborando en la integración de las Redes Asistenciales -en beneficio de los pacientes y el trabajo integral del equipo médico- sumándole potentes herramientas de Inteligencia Sanitaria a la capa de registros, lo que ha ido permitiendo mejorar la gobernanza, organización y toma de decisiones, dando cuenta del elemento de "Acountability” que las Redes Integradas de Servicios de Salud exigen y que nuestra población demanda.

La tecnología con sentido social está disponible, por ende, su incorporación y adopción es un virtuoso proceso en marcha. El modelo de Redes Integradas de Servicios de Salud seguirá avanzando de la mano de una mayor incorporación de herramientas tecnológicas, que –por definición- deberá actualizar permanentemente sus estándares de seguridad, para resguardar la integridad, disponibilidad y confidencialidad de los datos de los pacientes; y que irá agregando soluciones informáticas complementarias para mejorar la información y experiencia de los usuarios.